Cuerpo y Sangre Ya Son de Los
Altares05 de agosto de 2016
por luia
Surgió tu nombre entre el siempre y el jamás
como un nunca de voz, de gesto y de forma,
fue como la impresión de perder el sino,
se hizo grieta el sensible dios de la añoranza.
El poema gritó prendiendo palabras,
voraz la memoria se mojó de pena,
-ya no estás-
será de lo eterno el vernos.
Acuden del tiempo final todas las sombras,
cuerpo y sangre ya son de los altares,
siento un pecho de rompientes y condena.
Me hace falta escribir,
y callar
y aceptar
y perdonarme.