No sé en qué madrugada
me salí de mi " zona de promesas",
o cuándo fue
que alargué las manos
por última vez.

Nada impide que siga olvidando,
aunque jamás haya matado un recuerdo.

A voz intensa y viva
proclamo
no haberme entendido nunca.

Precisaría matar las ganas de vivir.

No veo adiós y nunca,
tampoco orilla ni otra parte.

Pregunto qué hacer.
Somos muchos los que sentimos miedo.

LuiaSeguir Autor Recomendar Texto Agregar a Favoritos