No tengas miedo de decirme que no,
que tus pasos ya se escuchan en otro cuarto,
lejos de mí.
Que tus brazos ya no abrazan este cuerpo,
que apretabas muy fuerte.
Que los poros de mi ser,
ya no le gritan a los tuyos
un te quiero, no te vayas.
No tengas miedo de que la nada sea nada,
y que el adiós sea el adiós.
No tengas miedo de ser la musa de alguien más,
de sentir que ya no me inspiras.
Lo que se va a acabando se acaba terminando,
y tú y yo hemos puesto el letrero de fin a nuestra película de amor,
melodía sin cariño, soledad impregnada.