-¿Qué es lo peor para ti?- Le pregunte, por ignorancia de su situación, el me miro con esos ojos tristes tan poco propios de el. Me contó su historia, la historia de su desagracia, de cómo esos ojos que alguna vez estuvieron llenos de magia, amor, pasión y alegría fueron oscureciéndose hasta volverse tan oscuros, sombríos, sin vida y apagados como hoy los veía, es verdad que el tiempo nos quita a todos un poco del brillo de los ojos pero este no era el caso, como en la mayoría de las historias donde los hombres sufren, la causa de la perdida del brillo de sus ojos se debía a una mujer, una bella mujer que el había amado de una forma tan completa, profunda y verdadera, que hasta el día de hoy no conseguía olvidarla y lo que es peor, sufría la angustiosa y amarga tortura de no ser correspondido. A pesar de las palabras de ella, que volvería, que todo seria como antes, que se haría un tiempo para el, que lo amaba…Todas esas mentiras, todos esos clichés, son esa clase de cosas que un hombre enamorado escucha y no solo que lo cree sino que las toma como promesas inquebrantables que se graban a fuego en su corazón, esas promesas, esas palabras, esa mujer fue la culpable de la perdida del brillo de sus ojos.
Yo le dije: -Hermano mío, siempre las mujeres nos causan despecho pero todo hombre puede volver a encontrar el amor en otra mujer.- A lo que el me respondió contándome mas cosas de su historia, contándome como ella era, en la soledad de su vida, el faro de luz que lo iluminaba, de cómo solo hablar con ella se le formaban sonrisas en el rostro, de cómo el solo verla servia para que el tenga una felicidad que le desbordaba, una sensación que nunca había experimentado y sabia que nunca podría volver a experimentar, no porque no se volviera a enamorar o no le pareciera atractiva otra mujer sino por el hecho de que lo que sintió por ella era único, era su sueño, su utopia.
- Hermano todos tenemos sueños pero hay que aceptar la realidad y sobrellevar la vida con ello.- le dije. A lo que el con una lagrima resbalándole por el ojo derecho me replico:- Un hombre puede resistir el fuego quemándole la piel, puede aguantar los golpes mas fuertes, puede sobrevivir a los mas peligrosos retos, pero cuando se trata de una mujer, el hombre se vuelve a convertir en un bebe, un bebe frágil y asustadizo, las mujeres nos marcan de una forma tal, que una vez que una de ellas ha entrado en nuestra vida nos es imposible evitar que nos deje una marca, no en el cuerpo donde cicatrizaría rápidamente, sino en el corazón, donde toda una vida no serviría para borrarla.-. En ese instante comprendí que aquel hombre no se echaría para atrás, por mas que ella ya no le hable, ya no lo mire, ya no le importe, el la seguiría amándola, su vida se había quedado estancada con ella, ya no había marcha atrás. Di unos pasos para atrás y deje que el hombre saltara del edificio, quizás muerto lograra sacarle a ella una lagrima, una muestra que en realidad, el le importaba.



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1 Comentarios

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  Liriko

  Vaya Lukas tu primer texto es de veras muy bonito y sentido.A proposito de tu obra a mi me han marchado muchas mujeres y he temido que el brillo de mis ojos se apagara para siempre.La verdad es que ahi una mujer con la que tuve una mala experiencia y ya ni la amo pero ahora toy sufriendo por mi ultimo amor perdido que para mi era como laxque describes tu en tu obra.Me ha gustado muchisimo y me lo llevo a mis favoritos.Espero tu visita en mi perfil y espero hacerme amigo de una persona tan bella.Un saludo y espero tu respuesta

  10/08/12 12:08