Camino con prisa
esquivando silencios,
bromas, tristeza y risas.
Respiro sin humo,
admitiendo que tu cuento
es muy largo y lo resumo.
Participo en el sorteo,
queriendo nombrarme
primus inter pares del juego.
Vuelo sin motor icario,
caigo en caída liberta,
cambio doblones por denarios,
y purgo mis años de asceta,
los archivo en una carpeta,
y los empeño en un anticuario.
Juro delante de tu abogado,
emborrono papel mojado,
ordeño tinteros, maldigo los miedos,
y viajo de regreso al pasado.
Traidor es el que no ha avisado,
turista del Edén donde nunca he estado.
y bombero del bosque que no arde.
Gólgota, calvario del crucificado,
mi propio sepelio al que llegaré tarde.
España, ay, España,
tercios viejos de alevosía y saña.
Que con su perenne gallardía dañan,
el confort de mi tela de araña.
Mi propio efecto Pentecostés,
mi loada lluvia de cristal,
la magia trucada que no ves,
y el galeón en un vendaval.
Río de agua crisoelefantina,
yunque del dios en quien crees,
el fuego allí donde estés,
la inspiración, como una espina.
Mi fe, mi dogma, mi doctrina.
Mi compás, mi regla, mi adrenalina.
El devorador de almas incautas,
designador de las pautas,
Frank Morris de mi rutina.
