[Poema recitado la tarde del 23 de marzo de 2024, en la ruta del monte Naranco (Oviedo, Asturias)].

Antes de nada, una reverencia.
No me inclino solamente por respeto,
es un cóctel de temor y cortesía.
No tengo reacción más adecuada.
Tú probablemente la tendrías:
sabes golpear y ser gotera;
caer del cielo anegando paraísos,
alimentar la desbocada pasión de los amantes
y a la vez apagar el corazón de los crueles.

Tú, que estás en los cargadores
de las pistolas de los niños
del mundo desarrollado
y otras gargantas lloran
porque no saben quién eres.
Te llaman alfa-omega de todo lo que existe
arrecife de coral, espejo, aljibe,
la crítica más sedosa
te reseca.
Nos das incertidumbre en un instante
regalas erosión antes que limo.
Hay monoteísmo en tu Diluvio
y ciclón de tormenta bajo disfraz de cloro.
Qué fácil es llamarte Dios.
Admito que en un debate denso
nos calaría hasta los huesos tu presión.

Yo prefiero bucear con inmensidad asistida
verter espuma,
contar orillas.
Bañarme con el fuego con el que no cocino
devorar sirenas crudas
y aceite de Nautilus.
No llego a caverna pero soy estalagmita.
Quizá sé que alabarte es gastar saliva
y combatirte una inmersión suicida.
Me hago charco para evitar el horizonte,
pretendo ser mar a toda costa.
Mi sueño húmedo es pivotar sobre mi ancla
y ser capaz de ignorarte en el océano
que ya son muchas flotas hundidas
sin desatascar el desagüe de la Historia
y no podemos ganarle vasos al vacío
ni ensanchar el caudal de Covadonga.

Tampoco sacia mi sed la indiferencia
aunque se carcoma el calafateado de mi alma.
No quiero patrones en nubes venideras
rehúso de ahogarme en tu silencio
aunque relajes el esfínter del que sueña.
Hasta aquí ha llegado la tortura china.
Tal vez esa sea la respuesta,
navegar sin tomar la alternativa;
aprender de fontaneros suburbanos,
doctorarme en tuberías.
Fluir, que no es pequeña hazaña.
No estancarse en las cosas que se suponen vida.

Concentrarme en multitudes
sin pensar en absolutos.

Porque fuiste la sopa que me hacía mi abuela
y mi primera petición mal pronunciada.
Pero no me olvido
del sudor frío
que mi ex-padre conjuraba tras malversar mi manutención.
Ni del remolino que a mi madre, niña,
se le antojó tifón.
¡Qué putada ser adicto a beberme cataratas!
¡Sufrir el Mundo para captar tu casa!

Pero al menos conozco
tu debilidad.
Dos carceleros de hidrógeno
por cada mártir de oxígeno...
Hay margen para respirar.
Y siempre habrá una superficie
para compensar tu zona hadal.
Vencerte es nieve en baño turco,
perderé si visto el monzón de goretex.
Ante ti me descubro,
soy zahorí del llanto
y chamán del empate;
firmemos una tregua
que no sea papel mojado.
Mis testigos, un paso adelante:

-Una burbuja, con límites esclavos
-El deshielo de un cometa torrencial
-Un reactor nuclear refrigerado

Tú eres poder
y tu error fatal es no entender
que yo también tengo tres estados.

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