Parecía que no volvería
a escuchar otra canción como aquella
a beber de su boca, la mejor botella.
Como puedo yo saber
si me va a quemar su fuego
cuando para mí un adiós
tan solo es un hasta luego.
Ella que abandonó a sus marineros
en un desierto islote,
ella que los engañó con su traicionero escote.
Que los sedujo con miradas
Que los compró con promesas
que les dijo con su encanto:
"seré tuya si me besas".
Si tengo que hacer algo
que no sea verla fumar
con su experiencia y esmero
y limitarme a contemplar
como me usa de cenicero.
Si tienes que hacer algo
vete a por otro soñador
yo me lo juego todo al mismo color;
si quieres, abro la puerta y salgo
podrás reírte de mi desde lejos
las palabras son mi espejo
ellas no me pagan, menos de lo que valgo.
