Tienes razón en lo del dolor, querido Pol, pero ni se me pasa por la imaginación el quitarme de enmedio. Aunque mi padre murió en un accidente de tráfico propio de un conductor temerario o demasiado confiado en la tecnología, carreteras y habilidades propias.
Mi madre cuarenta y dos años después supongo que decidió lúcidamente dejar de tomar todas las pastillas que a su edad había de tomar, unas dieciséis diarias, para dejar esta vida sin ruido y con todo ya hecho y nada por hacer. A mí, amigo todavía me sobra ilusión y me faltarían agallas para quitarme la vida. Soy un tipo feliz y convencido de que esta vida merece la pena, las penas y ese dolor que me acompaña siempre, y del que en ocasiones me nutro. Un saludo.
Me crujen las sienes, Lumino. Parece que me estoy pegando un tiro. Y eres tu el que se pegaba el tiro.
Menos mal que después de leerlo he visto tu comentario, y estabas ahí.
Un abrazo y feliz Navidad.
Acabo de leer tu comentario, Lumino de mi vida, y éste no parece ficción.
Quiero sufrir contigo y llevar tu dolor pegado en mi.
Otro abrazo.
Quiero sufrir por ti.
No, querida Mejorana; no deberías preocuparte. Soy un tipo muy feliz, pero sí que es cierto que arrastro unos vagones que están llenos de una infancia e incluso adolescencia temprana, que es bastante peculiar y dolorosa. Aun así te diré que aunque esa huella no me abandonará nunca, me considero una persona muy, muy afortunada y dichosa. Este escrito es parte de esa huella. Estoy contento de contarlo sin tener que desangrarme. Tú sabes que escribir te lleva a escudriñar entre las emociones. Este poema es sólo una introspección en ellas, pero no una declaración de intenciones. Besos, Mejorana.
Segundos llanos,
centésima esdrújula
y final agudo;
Sublime. Un beso.
Lo importante es la vida y la vitalidad, Lumino. A más vida mejor se superan las experiencias dolorosas.
Por eso te creo.
La felicidad es una promesa de vida.
Un abrazo.
El suicida es el último en escuchar el disparo ...
Uy, que tu texto me hace hacerme preguntas muy macabras, como por ejemplo: Será que a la hora de la muerte seamos los últimos en enterarnos que estamos muertos? Si es que ya es posible enterarse de algo ...
Bueno, me alegro que este texto sea solo un ejercicio literario. Muy logrado, por cierto.
Un abrazo grande
Extremecedor, nunca había imaginado que leería algo así de ti. Me ha impactado, tal vez porque detrás de las letras se esconde un dolor profundo que me es familiar.
Me lo llevo conmigo.
Felices fiestas amigo, te lo deseo de corazón.
Pol.