Unos rayos de luna,
de luna ladrona,
tocaron tu cara, mientras dormÃa,
quedándose con la luz
de tus ojos y tus mejillas.
Los labios de la brisa,
de la brisa ladrona,
se posaron sobre tu pelo, mientras dormÃa,
quedándose con el aroma
de las flores de tu cabello.
Un mosquito,
un mosquito ladrón,
osó estar sobre tu piel, mientras dormÃa,
clavándote su aguijón,
quedándose con tu néctar.
Un cuco vouayer,
un cuco ladrón,
se asomó por la ventana, mientras dormÃa,
dibujando en su retina tu cuerpo desnudo,
quedándose con tu imagen.
Un ángel madrugador,
un ángel ladrón,
te despertó, mientras dormÃa,
cogiéndote de la mano,
y tú le acompañaste.
Al despertar
ya no estabas,
ladrona.
Mientras dormÃa,
me robaste el corazón
y los sueños
No es bueno dormir a pierna suelta, pues al final siempre hay algo que escapa de nuestro control. Aunque pienso que en este caso tus sueños se han quedado muy cerca y se te arriman cada noche. ¿Me equivoco?
Que disfrutes de tus sueños y de tus musas.
Un saludo.