Y la luna no vea, me iré lejos, muy lejos, al país de los sueños sin realizar.
Que haré, no lo sé, quizás no me importe estos sueños, que se embarcaron en una azotea, como los globos de cumpleaños, que hartos ya de tanto bamboleo se quedan arraigados en cualquier lugar.
Ya el tiempo no importa, perdido está sin remisión, más si alguno queda, quisiera tratarlo con pasión.
Que importa la vida y sus problemas, que importa la terquedad y el dolor, si solo queda el amor que no tiene fin, solo grandeza y clamor, solo universo y solo corazón.
Nada de mal, nada de ruin.
Todo cuando haya un eclipse y la luna no vea el fin.
Otra vez creando belleza,la luz ilumina tu sentir
escrito,hasta dejar un suspiro navegando la garganta.
Hermoso me ha parecido este texto por su intimidad,
por su nobleza.