Una oración presagiaba los deambulares sentimientos interiorizados en su corazón,

celoso el intelecto le silba péfidas palabras que martillean las paredes de su cerebro

con ritmo perenne y tortuoso.

Las calles impregnadas de nostalgias, se anegaba del agua que, como torrente caudaloso,

anegaban todo.

Unas lámparas con bombillas tristes, hace que el andar sea nostálgico, húmedo y ávido de

suerte.

Se suspira una especie de sensación de opresión y el fulgor engañoso del olvido,

piensa recordando una literatura reciente.

A contraluz, envuelta en un aro luminoso, una silueta blanca y alargada, arrancaba en el camino

como horrendo fantasma, fingiendo ser ánimas.

Para reordenar mi caos y armonizar las ideas, me refugiaba bajo soportales, que chorreaban

agua a caños, con una fuerza inusitada, en su empedrado suelo.

Un enigma más y más apasionante,se enredaba en mí, mientras, para expulsar el dodor,

asaltaba con rumor, apasionante figuras retorcidas y desnudas.

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