Un cangrejo de rio se reia mientras tomaba el sol,
solo disponia de unas pocas carnes podridas de pescado
para comer, pero el se acostumbro a ello, y no le suponía
ningun problema.
Otro, un cangrejo de mar siempre trabajaba para comer fresco
y buen pescado, y se reia también mientras trabajaba.
Un día vino un huracan y se los llevó a los dos, a un lugar sin agua,
el del río seguía comiendo lo que había, el del mar con su
exquisitez no se acostumbro nunca a comer aquello que le ofreció el del
río, y poco a poco se fue poniendo enfermo y acabó muriendo de hambre.
El del río, se puso triste por su compañero, pero siguió viviendo la
vida tal y como se presentaba, y al cabo del más de 100 años, decidió
irse al cielo, y ver a su familia y amigos que en el trascurso de su larga vida
habían convivido con el.
fin
Gran fábula la tuya.
Un saludo cordial.