Inundaros de flores blancas, silencios,,,
un arbol en el que tiritan las hojas,
cristal, sueño, palabras, estancia abierta
a las almas en un diminuto universo compuestos
de sueños.
En algún instante del silencio, en un tácto húmedo
de ojos, los muros de neón de la cara, y la embriaguez
de los pensamientos, una mirada promete entre los halos
de la luna.
Y es magia tu voz, edulcorada con mieles desnudas,
alforja de amores, deseos suaves llenando las manos de
labios enamorados.
Para cuando el tiempo se lleve mi luz,
cuando el sol ya no salga para mí,
cuando los brazos no puedan ya cargar con las obras,
cuando el pensamiento se lleve las sombras.
Recuerda, recuerda ya no estaré.
Los paisajes serán lejanos y apenas quedará nada para seguir siendo.
una belleza tu texto, me ha gustado mucho y lo he leido muchas veces, es inspirador. saludos