Alargó el brazo, concentrándose en la punta de los dedos, observando una piedra a un par de metros. Cuando creyó que era el momento gritó: "¡Ven a mí!"
La piedra, bajo el efecto de la energía atrayente de la mano, salió disparada hacia la mano, pasando de largo e incrustándose en la frente del pobre.
Mientras la vida se le escapaba en segundos en un chorro de sangre de su calavera destrozada, se congratuló con este último pensamiento:
"Por lo menos me mata lo que he intentado aprender toda mi vida..."
Qué bueno y qué qué divertida situación dentro de la tragedia.
Has jugado de manea muy inteligente con las palabras y con las ideas.
Felicidades.
Muy interesante la logitud del texto.
Aquí vamos un poco rápido para leernos los más que podemos y se agradece la no excesividad en lo que se escribe.
Paraa mi gusto tendrían que ser muestras "cata". como los buenos vinos.
Como los vinos del Penellés en la fiesta de "La Cata".
Que llegues a publicar muchos.
Felicidades otra vez.