Fingir es mirar de reojo a la poesía e ignorarla. Saber que todo en el fondo es disfuncional y que aun así siga igual.
Vivir es dejarse caer en un abismo sin palabras, uno donde reinan las líneas sin líneas, sin formas, nunca similares ni uniformes. Incomprensibles. Vivir es admirarlas, sentirlas sin querer cambiarlas.
Morir está fuera del entendimiento de cualquier mortal. Morir completa y descubre el misterio de la vida.
Quien finge no encuentra la vida y muere en el propio encarcelamiento.
¿Qué es lo que causa más terror? ¿el abismo infinito, inasible para nuestro entendimiento?, ¿o los muros que no cambian, relamidos hasta el último rincón por la costumbre?
Vida y muerte, muerte en vida, vida en muerte. En pocas líneas todo esto. No finjamos que es de otra manera.
Excelente reflexión, Mar.
Un abrazo para ti.
Me has conmovido, movilizado el alma y hermosas sensaciones se despertaron despuès de esta lectura que desde ya agrego a mis favoritos. Muy bueno, saludos...