Qué lindo se va sintiendo
El volverse a acomodar
En una mente sana
y en un inmenso despertar
Es esos tiempos estuve dormida, perdida
Casi sin conocer salida.
Cuantos amaneceres pasé durmiendo
Soñando, fingiendo, muriendo.
Pero algo no me abandonó y es ese capricho impertinente
Ese que a veces te hace levantar la frente
Cuando el corazón y el mundo
Cambian sin razón el rumbo.
Pude observar sin prisa,
La gente, el aroma, la brisa
Y encontré sin buscar detalle
Mi lugar, mis pasos, mi calle
Y ahí sin más recordé, los "te amo" dedicados
Tus "no me olvides" extraviados
Tus silencios, adioses & pecados
Y un final inesperado
Me doy la bienvenida al mundo
Resurjo y con un grito en silencio, me hundo
En la espesa niebla de la rutina,
Sin siquiera voltear a ver la ruina
De ese mundo devastado,
Solo, frio y desordenado.