Luché contra el mundo para poder llegar a ser quien soy. Luché contra todos aquellos que me despreciaban, los cuales hoy sí quieren mi amistad. ¿Por qué?
Únicamente nos fijamos en lo que ven nuestros ojos a simple vista, sin pensar que más allá de la piel hay cosas, sentimientos, vivencias, de esa persona que puede hacernos crecer.
No queremos implicarnos con aquellos que sufren, con los que verdaderamente nos necesitan. Simplemente nos interesamos por nosotros mismos y por nuestra imagen.
Materialistas y superficiales.
Eso es lo que somos, sin más.
Nos evadimos de la realidad para no sufrir, para no pasarlo mal, sin pensar que siempre hay gente que está peor que todo lo mal que podamos estar nosotros mismos.
Un poco de ayuda a los demás, un poco de consideración.
No cuesta nada una sonrisa, un abrazo o una simple mirada...no, no cuesta nada.
¿Acaso no estuvo esa persona a tu lado cuando más la necesitabas?
Egoísmo.
Puro egoísmo es lo que nos rodea.
Pensar en nosotros mismos, en lo que más nos conviene, o en como quedar ante los demás.
Quizá no estemos preparados para vivir en este mundo, para afrontar la realidad y ser un poco consecuentes con cada cosa que hacemos, cada cosa que sufrimos.
Aquí estamos para crecer dia a dia, crecer como persona y hacer de este mundo, un mundo mejor.
No podemos pretender estar cruzados de brazos y que todo se arregle solo, que este mundo sea perfecto, pero sin tu ayuda.
Sí, quizá este mundo algún dia llegue a ser perfecto, pero para entonces no contaremos contigo para disfrutarlo.
Quizá disfrutes viendo como no has hecho nada y nadie te echa en falta.
Quizá esa sea la mejor forma de agradecerte todo lo que has hecho por los demás: NADA.

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