Si pudiera pintarte
de surtidor silvestre
sin tantos incógnitos,
salido de un arpa
que suelte sus alas
por remontar la lluvia,
con ojos de niño,
vestido de sol
y llegue de amanezco
a esperar que el viento,
harto de tifones,
afine tus cuerdas,
no en mieles, no en sombras,
mas al cantar despierte
lejos del silencio,
dentro de los hombres.
Autora: María Esther Valiente.
Aaahhh, ese objeto lírico que tanto disfruto!
Besos