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Dedicado a la Luna

Cantaba una niña a la luz de la Luna, una niña no tan niña, que no cantaba si no que soltaba penas del alma.

Sus ojos redondos brillaban a través de sus lágrimas y en su redondez se reflejaba la esfera lunar.

Ajena la niña al milagro de la luz seguía cabizbaja llorando sus cuitas.

Observábase la Luna en esas gotitas llameantes y se mostraba ufana de sus bonita caja esponjada. Veíase hermosa gracias a esos ojos humanos, casi nívea, casi perfecta si no fuese por esos hoyuelos que el tiempo grabó en su rostro.

Las dos, ambas ensimismadas continuaban en su quehacer, la una quejumbrosa y la otra orgullosa.

Pero he aquí que la Rueda Fortuna quiso que se cambiaran las tornas y fuese la niña quien mirase a la Luna.

Ambas miradas se cruzaron atravesando estrellas y quedaron perpetuadas en sus seres.

A la niña se le engrandeció una ínfima sonrisa y a la Luna se le empañaron los ojos y un nuevo hoyuelo halló en su fiera faz.

La Luna se sintió entonces envidiosa de esos ojos asombrados, bellos, flechas hirientes de sinceridad, ..., unos ojos que no se sabían bellos, y entonces díose cuenta de que ella era sólo roca y arena, que lo que ella creía una luminosa cara, era tan sólo la alucinación de unos pocos locos enamorados y entonces...

La Luna se empezó a deshacer en una lluvia mágica de polvo brillante.

La niña sorprendida le habló, sin esperanza de ser escuchada, temblando de miedo, creyendo que la Luna se deshacía.

-¡¡Luna!! ¡¡Luna!! No te deshagas, por favor... ¡Luna! -la niña se deshacía de desesperación-. ¿No entiendes que sin ti ya nunca seré nada. ¡Escúchame Luna! ¡¡Dioses de los cielos, haced que la Luna me escuche!!

La luna que oyó sus lamentos desgarrados miró sin ojos a la niña.

-¿Qué pasa? ¿Qué me gritas así?

-Qué no te das cuenta Luna que te estás deshaciendo.

-¿Y qué si lo hago? A nadie le importo.

-¿Cómo? Eso no puede ser verdad. ¡¡No es verdad!! Luna engreída, no me hagas enfadar...

Pero la niña no pudo más, y se arrodilló frente a la Luna rogando para sus adentros que se impidieses a ella misma volver a llorar.

Se tranquilizó durante unos tensos minutos, que parecían horas. Mientras la Luna airada seguía deshaciéndose.

-No sigas deshaciéndote Luna adorada, no puedes entenderlo, lo sé -dijo pausadamente y desde el corazón, desde donde sólo nace la verdad-. Luna, es gracias a ti que he sonreído, gracias a tu enorme belleza, tu solemnidad, tu saber estar a pesar de los años, de los meses, de las épocas y las eras, ..., de todo lo que sufres a causa del tiempo y de meteoritos caprichosos que se estrellan sobre tu divino rostro.... Y aún así, soportándolo todo, permaneces, has permanecido.... Si Tú de diluyes ahora... ¿Qué esperanza podré tener yo en mi corta vida?

La Luna al oír estas palabras dejó de llorar, dejó de sentirse desgraciada. Ahora, por fin tenía una misión en su existencia, ahora sabía el por qué de su eterno dar vueltas observando criaturas que nacían, sufrían, reían, se perpetuaban y finalmente morían, sí, ahora por fin lo tenía claro. Ella era la Esperanza.

-No temas, mi niña -dijo Luna con voz apaciguadora- Todo esto ha sido provocado por un estallido de celos, por la belleza de tus ojos, por vanagloriarme de mi belleza, cuando tú me has hecho comprender que lo importante en mñi no es mi aspecto, si no mi mensaje de Esperanza.

Desde aquella noche de luna llena en los tiempo inmemoriales de nuestra humanidad, Luna viene todas las noches sin faltar, puntual a velarnos, y a servirnos. No quiere sentirse adorada, ni bella, ni especial, si no a decirnos cual es su esencia, de qué materia está hecha, a rendirnos hilos de esperanza plateados a la luz de un sol reflejada y tomada prestada.

Con sus largos cabellos alados y brillantes alumbra nuestra obscuridad, nos despoja de la tristeza y a enseñarnos la vieja ley de vida de que aunque todo vaya mal y te sientas sola e inútil en medio del Universo que nos rodea ella está con nosotros, y estará pese a todo lo que haya de aguantar. Tan sólo por ella vale la pena nuestra existencia, y por su sacrificio nos es obligado existir, estar y ser
Marinera19 de abril de 2011

6 Comentarios

  • Perro

    WOOW!

    21/04/11 05:04

  • Mejorana

    Qué cuento tan poético y hermoso. Tan tierno.

    22/04/11 10:04

  • Marinera

    A Perro: Hola lobito, sigue aullándome, me das mucha alegría. Besos.

    25/04/11 11:04

  • Marinera

    A Mejorana: Estoy intentando novelar una historia, pero de momento sólo me da vueltas en la cabeza, la tengo escrita la historia pero no hay forma de encontrar un narrador adecuado que me guste, je je, y entre que me sale o no, escribo estas cositas, pero ya se ve que con poco arte pues tengo la cabeza hecha un lío, jejjee
    No obstante muchas gracias por tu comentario, me hace mucha ilusión.
    Un beso grande.

    25/04/11 11:04

  • Agora

    ánimo con esa historia! que esta luna es una preciosidad!
    empatía y ternura... muy bueno!

    19/08/11 07:08

  • Marinera

    a AGORA, está muy mal escrito, cosas del cortar en word, jeje, pero bueno quizá se le pueda sacar más miga y mejor a este textito, que pretende ser tierno y empático ciertamente, pero que se ha quedado algo ñoño, sin duda hay que mejorarlo, o cambiarlo, ya veré.
    Un saludo de nuevo y muchísimas gracias por tus tantas lecturas, y por el tiempo que les has dedicado.

    28/08/11 08:08

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