Soledad: Segunda Escena
SEGUNDA ESCENA:
Sara, hija eh! Me escuchas?
―.
S, soy el abuelo Toms, el de Barbastro qu dices?
―.
S, mujer, que ya s que era una broma. No, no me he enfadado.
―
Oye una cosa hija. Por qu no os vens este fin de semana para aqu. Ha nevado y podemos acercarnos a la nieve.
―
Vaya Que tienes exmenes Pues aqu nadie te va a molestar, ruidos no vas a tener, y lo de la nieve lo podemos dejar para otro da.
―
Vaya. Y ests muy resfriada? Has ido al mdico? Cudate, que los resfriados mal curados tienen mala pata
―
Ah! Y qu te han mandado?
―
Paracetamol? Ah! En mis tiempos se curaba todo con una aspirina y yndose a la cama. Ahora todo es tan distinto!
―
Qu dices?... Sara hija, se pierde la comunicacin.
―
Si ya estoy quieto.
―
As mejor?... Vale, me quedo quieto aqu.
―
Un ordenador? Para qu quiero yo un trasto de esos?
―
Qu t me lo instalaras? Bueno, si es as, me lo pienso. Pero
―
No te enfades Sara, es que yo no s ni qu debo comprar, ni marcas, ni instalarlo, soy muy viejo para esas cosas
―
Hombre, eso espero, no morirme an, pero es que yo no he manejado nunca un cacharro de esos. Lo mo han sido siempre las cuentas a mano. Hasta el mvil me cuesta.
―
No te ras hija, que a m no me hace ninguna gracia.
―
Y dices que puedes ver a travs de esos cacharros a los que te hablan?
―
Y eso cmo has dicho que se llama? Video qu?
―
A ver, que me entere yo. Y eso cmo funciona?
―
Pues claro que tengo lnea de telfono fijo, lo que pasa es que como todos tenis mvil pues me es ms cmodo usar tambin mvil.
―
Y tengo que contratar Internet Con telefnica?
―
Me parece demasiado complicado, pero lo intentar
―
Ah! Que puedo llamar a telefnica y ellos me mandan un tcnico y me lo instala. Esa opcin me parece mucho mejor.
―
Tambin ellos me lo venden? Estos de telefnica son unos vivos. Lo tienen todo atado.
―
Pero, me ensearn cmo funciona ese cacharro?
―
Qu no? Y entonces para qu demonios quiero yo el cacharro ese?
―
Qu me apunte a un curso? Uy! Me parece que muchas cosas pides Sara. Mira que yo ya no tengo la cabeza para estudios
―
S, muy fcil para ti, pero para m ya veremos. No lo tengo nada claro.
―
Mira si me prometes que vas a venir a ayudarme, y a ensearme este verano, cuando acabes los estudios, yo te prometo firmemente ponerme a ello.
―
Entonces hasta el verano nada de nada, no?
―
Bueno, hija, perdn por ser tan pesado. Un beso cielo. Prtate bien, y dales un beso a tus padres y otro para Sergio.
―
Venga hasta otraS, hasta otra.
No s para que llamo, siempre tienen cosas que hacer, pero la idea del ordenador no me parece tan descabellada. Sera genial poderlos ver mientras les escribo. Pero es que no tengo ni idea de utilizar esos trastos. Me da a m que esto no va a ser ms que un tiraperras, pero en fin, todo sea por ellos.
Maana mismo llamo a telefnica y que me informen, me den precios, y si no me pasar por cualquier tienda de estas de informtica y que me asesoren, que los de telefnica siempre han sido muy ladrones. De paso, les preguntar donde se aprende a usar estos cacharros. Me voy volando para casa que Mara habr hecho un caf buensimo, y hoy no compro churros, el peridico y con el pan de ayer me har las tostadas, que se me ha quedado el olor en el paladar desde que me he acordado de ellas. Hoy me volvera a comer otro plato de lentejas, pero bueno, eso Mara ya dir.
Le tendra que haber dicho que no. Si despus ya s lo que pasar, que seguro con la mala suerte que tengo no me vale la lnea, o no me lo instalan bien, o yo que s. Es una gran posibilidad la que me presta el cacharro pero ya sabr yo darle utilidad? Tambin me dijeron lo mismo con el mvil y si no llamo yo no se acuerdan ni de que existo.
Bueno, una ventaja tengo y es que de escribir a mquina s un rato largo. No pierdo nada por intentarlo.
Qu bien huele ese caf! Y las tostadas estn de muerte, ni muy quemadas ni muy blancas, en su punto.
Esta Mara vale lo que un Potos.
