Debatí mi cabellera, desmaquillé un poco mi rostro
descalcé mis pequeños pies, de su envoltura y su altura
enrollé mis diminutas manos, hasta sentir la cólera
respiré profundamente, y caí en mi sofá
era el juego, el ganar y el perder
la ignominia y la creación pura, debatiéndose
alguien tenía que sobresalir y me encontré
verdadera, pura y madre de mi decir.
Allí gané,me reconocí gestante de las ideas,
del sentimiento y de la vida.
Pensé que no eran NADIE aquellos ladrones
que roban hijos, pensamientos y autorias
Y me sentí tranquila, en paz.
Disfrutando la vida que ellos no pueden vivir.