¿Recuerdas lo complicado que era ponerle tú solo/a la funda al edredón (ese que parecía gigante) y que te quedara las esquinas en su sitio y bien a la primera?
Las primeras veces yo tenia que pedir ayuda, hasta que poco a poco acabé pillándole el tranquillo, aunque, qué coño, seamos sinceros, incluso aún se me hace dificilillo.
Puntos extra para la paciencia y la constancia. ¡Van en cabeza!
Aunque la frustración y el agobio le pisan los talones. ¡Cuidado!
Alguien me dijo alguna vez que las personas que tienen la rutina de empezar su día con tiempo suficiente y haciendo la cama, llevan una vida más organizada, y por tanto, priorizan y reordenan sus tareas de tal forma que le da tiempo a hacer todo lo que quieran ese día, sin contar los imprevistos, desde luego. Y claro está, que el tiempo invertido en algo con ganas, te hace estar más preparado para avanzar y superar las cosas y situaciones que hacen que te atasques, solo hay que trabajar duro en ello, con positividad y construir un camino hacia la meta, centímetro a centímetro, metro a metro, lo que tardes, pero sin parar de avanzar.
Ábrete paso, pico y pala con la vida, y mientras excavas, alégrate con una canción de Estopa, y un cafecito que te suba el ánimo por las nubes.
Me lo aplico todas las mañanas, y me funciona.
