En verano iba a menudo a visitar su tumba. Estaba muerto, pensé, y era por mi culpa. Lo recordaba alegre, despierto, más despierto de lo que se le pedía. Me llenaba. Me hacía pensar en cosas que jamás volaron en mi conciencia y él las despertaba. Y ahora estaba allí en el fondo de aquel pozo cavado por mi exigencia y oía frecuentemente su voz llamarme lejana y yo intentando alzanzarla para escuchar sus problemas, sus te quieros, palabras ya impensables en mi boca. Aquella triste tarde de verano en aquel cementerio de mis pasiones me despedí aliviada y rota por dentro al mismo tiempo ante sus quejidos y suplicantes miradas, aun sabiendo yo que había muerto sin culpa suya. Fue la rutina, pensé, la que lo mató antes de que pudiera darme cuenta. Pero también sé que lo maté yo y aquella funesta tarde le dije inmisericordemente adiós.
Guaaaaaaaaaauuuuuuuuuuuuuu Marlango, triste pero electizante para erizar la piel.
Felicidades Guapetona, gracias por compartirlo, me lo guardo para releer.
Bezzotes
Muchas gracias Namari!! En una ruptura no s?lo sufre el que es abandonado cuando "el amor se acaba d tanto usarlo", pues el que ha dejado de amar no lo hace porque quiere y dejar a alguien al que ya no amas pero respetas crea un gran sentimiento de culpabilidad. Un besoooo
Hola Mejorana!! Es que he estado un poco perdida ?ltimamente en todos los sentidos.. jaja Gracias por ese placer por leerme, significa m?s d lo que parece.... un beso enorme!!!
Has reflejado con maestr?a el sentir de qui?n se siente preso del abandono de otras personas.
La muerte en el pensamiento de los dem?s es el final que le queda.
Triste muy triste para quien lo sufre