He encontrado el lugar exacto donde abrir las ventanas
para dejar que abra sola
la que nos falta,
lugar que se asemeja a algo
pero que luego es nada
y una fabula sagrada,
y una sustancia
que revistan el pensamiento con palabras,
dosis de rescate, desprovista
que inventa la salida sin detalles
mientras se va pudriendo lo que estaba
entre las sombras y los muros sin nombrarnos
entre sitios de regreso y de partida
y de llegada
fogonazos de volver a estar juntos
o de no estarlo
cuando no respiramos la mirada,
cuando todo está lleno de todo
seguiremos así,
yo aquí, vacía como yo
y vos allí,
vacío como vos,
hasta quien sabe.
Parece que hasta siempre. Cierra esa ventana y abre otra que esté orientada a un sitio distinto. Un saludo