Y el reloj daba las 12 horas que no tenían nada de especial, solo entona el canto del péndulo terrenal
Todo silencio está presente, en aquel cuarto como desafiando a la noche que acompaña aquel extraño
Así dieron las 12 y minutos y se fue obscureciendo mas la habitación tanto que el mismo miedo huyo
El hombre sentado en su cama pensando en el rostro de su amada, llorando lagrimas negras en luto de su ausencia
En la ventana una Luna que parecía veía detenida aquel extraño sin vida, sentado en medios de las penumbras
Acostumbrado a su propia soledad, siendo enemigo del tiempo y protagonista de una tempestad, la de sus ojos marchitos por la mujer que dejado escapar
Impecable relato, creeme que no son "solo letras" has profundizado de una forma muy descriptiva la soledad que acompa?a al amor que muchas veces dejamos escapar.
Me gust?, escribes muy bien.
Un saludo.