Nunca.
Logrará oscurecerse el día eternalmente;
Lograrán evaporarse en un soplo los océanos;
Alcanzará a desgarrarse el árbol de la hacienda
tal un endeble espejo.
¡Indiviso acaecerá! Logrará la expiración
abrigarme con su tétrico cendal;
Más nunca en mí logrará extinguir
el fuego de tu alquimia.