Yo nací en las riberas del rio;
en una casa muy elemental.
Crecí con el barro
entre los dedos del pie;
y con las aguas cálidas
de su manso cauce
acariciándome la piel.
Descubrí el amor
bajo las ramas
de un sauce llorón
y lloré bajo sus brazos
mi desamor.
Él me protegía
del desamparo del viento y
me susurraba palabras
de aliento.
Al caer la noche,
me escapaba de casa
para ir al rio
a dormir a su lado.
Y en las mañanas amanecía
titiritando de frío y
cubierta de roció.