No sé como sentirme ahora. No sé cómo reaccionar al ver que no todo es como antes y que lo que sea que hayamos formado juntos está desapareciendo. Lo veo. Sé que nada es como antes y no sé como tomármelo. Tengo sentimientos contradictorios. Una parte de mi quiere que luche, que lo intente de nuevo, que no lo deje ir tan fácilmente. Pero otra parte dice que ya es hora de pasar página, me dice que esto no es lo que me conviene y que tarde o temprano sufriré mucho más que ahora. No sé qué hacer. Sé que no me hace bien pero soy tan yo al lado suyo. Me he acostumbrado a él de una manera que me da miedo. Necesito saber de él. Necesito sus palabras. Sus abrazos... Como lo echo de menos. Como deseo uno de sus abrazos, en los que me apretaba junto a él, donde podía escuchar el latir de su corazón tal rápido como el mío. Necesito que me diga te quiero. Te quiero... Esa maldita palabra. Esa maldita palabra que nunca nadie me había dicho antes... Ese maldito cosquilleo que tuve al escucharle susurrar esa maldita frase junto a mi boca mientras me sonreía. No puedo dejarle... No puedo hacerlo. No a él que me ha enseñado mucho en muy poco tiempo.

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