Quiero llorar por ti sin paliativos,
vida que me cuidaste desde que vine al mundo
y regar con mis lágrimas
las rosas rojas que decoran tu tumba,
inundar de perfume,
tu soledad en paz
en las noches cuajadas de estrellas
y silencio.
No quiero pensar en positivo,
quiero sufrir tu ausencia porque TÚ lo mereces,
coger el teléfono, llamarte, y que cuando sienta que no estás
mi corazón se parta.
Necesito aprender a dialogar contigo a solas
para sentirte dentro y que me respondas como siempre,
con esa tu voz de niña de inteligencia fresca
por la que el tiempo no ha pasado.
Pero aún no.
No lo quiero aceptar.
No puedo
Ya verás tu, que cuando sea verano,
le pediré a los grillos que te canten
en las noches de luna
para que estés contenta y alejada
de este mundo tan cruel que tantos sinsabores nos procura.
Ambas nacimos entre higueras y granados
del mismo vientre de barro y yerbabuena.
Hermana tan querida de mi alma.
Hermana mía.
