Si mi niño sonríe,
Todo se vuelve risa.
Se ríen mis ojos, las ramas del cañaveral de al lado de la fuente,
y mi alma entera se vuelve de cristal.
Si mi niño sonríe
todo se vuelve azul junto a los azabaches,
y hasta las risas de los titiriteros
se tornan carcajadas.
Si mi niño sonríe
el tren ya no da vueltas por caminos perdidos
y se gira a mirarle si pasa por su lado.
Si pasa por la orilla de la sonrisa de mi niño.
-Quién no se pararía.
Si mi niño sonríe
todo se vuelve risa en su pelo de seda
y en sus manitas apretadas agarrando la Vida.
Si mi niño sonríe
todo el atardecer se vuelve risa.
-Préstame tu abanico.
Quiero inventar el aire
para volar a solas entre las risas de oro y plata del sentir de mi niño.