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Deseos de Odio

El cielo deja de respirar y el viento se asfixia. Allá en las infértiles tierras, allá donde la filosofía muere y el amor llora... Analfabestia, Mario y Mendaciloquus han fijado sus miradas en otro ser.
Entonces la piedra de Mario cuya existencia consiste en resguardar los restos de aquella bestia herida de amor, parece resucitar y Aldebarán corre entre las nubes furiosas sobre el lago: sus bramidos y su trote hacen caer de rodillas a todos los habitantes de Chapala.
Mario toma del cuello a Mendaciloquus, le besa, le toma sus pechos, le aprieta sus nalgas, le penetra, le arranca la lengua con sus dientes... Mendaciloquus cae extaciado y revuelto entre su cabellera negra, entre sus tatuajes.
Mario da frente a Analfabetia y éste le abraza con hórrido coraje. Aldebarán continúa tumbando el cielo sobre el pueblo de Chapala.
Entre majas de dolor escupidas por Mendaciloquus y gemidos de rabia tronando en los golpes atinados al rostro de Analfabestia, a las lonjas de mario, una nueva voz comienza a gritar. Aldebarán reconoce ésta voz. Mendaciloquus escupe carcajadas y sangre al tiempo que traza un nuevo tatuaje en su palma derecha. La piedra de mario comienza a desgajarse... en algún lugar, alguien llora, en otro, a nadie le importa.

La lluvia comenzó. El herido, el maestro y sus dos pupilos ahora ciudan de su nueva creación y lo harán hasta que madure y logre su destino, le llamaron: Sed.
Mendaciloquus16 de septiembre de 2008

1 Comentarios

  • Mejorana

    Mendaciloquus.
    Estoy enganchada en las monta?as de tus fant?sticos relatos.
    Me quedo boquiabierte sin saber qu? decir. S?lo contemplar.

    17/09/08 12:09

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