La madre de Eucleto llora en el baño: un repetitivo compas de cortas pero rasposas inhalaciones.
Eucleto continua con su trabajo: redacta una exposición mientras reconoce su culpa al escuchar a su madre llorar. Pero no separa sus dedos del teclado, no aparta su vista del monitor; sabe que es necesario que su madre vea al hombre en que se ha convertido; sabe que es preciso dejar la voz débil, la actitud pasiva... la falda de su madre.
Pero el llanto sigue lastimando su atención.
Un cigarro debió morir para que Eucleto comprendiera, que mañana su madre le preparará el café antes de irse a trabajar.
Una Madre, siempre es una madre Analfabestia, y te querr? aunque seas Analfabestia Mendaciloquus o Mario.
El m?s hermoso inteligente y bello de todos los hijos del Mundo.