¿Estás aquí? Soñé contigo.
¿Ya es día, ya es nuevo, ya es sueño?
Creí que te quedarías, pero te vas. No son mis ojos aquellos que miran lejos de ti, sino que miro sin saber qué soy de mis ojos desconfiado. No te veo... y cuando logro mirarte, no me miras sólo te quedas aquí. No es nuevo entonces, no estabas aquí y el sueño supongo que fue únicamente juego de mi subconsciente.
¿Te vas? Aquí te espero. Y sentiras a mi lado, el frío que dejas; regresando y regresando al mismo rincón do mis sueños.
¡Cómo me gustaría ser pianista! Qué gran satisfacción me traería, ser creador... blasfemo.
La música jamás me ha dado calor, ni tu cuerpo. Pero uno y otro son como sueño: no la imagen traicionera de un otro yo escondido en mi alma, sino el sueño que cae sobre mis ojos, sobre mi cuerpo.