El amor siempre inicia no como amor, sino como un "¿qué es?"
Su hogar no es la luna y su patio no son las estrellas. Es el viento débil que no se levanta más de unos centimetros del suelo; las palabras arrebatadas por el polvo; ayer que llovió como jazz; aquí en el pecho vive debajo de los suspiros.
Existen unos valientes que responden al llamado y el amor se convierte en un "¿Será?"
Si camino llego a donde no quiero ir, si me detengo gira mi alma y rompo el azul en gritos, en gotas, en él, en suspenso, así... ...los movimientos, la coreografía misma del pensamiento iracundo; componen mis pies pasos dolorosos de identidad. Hacia al frente, allí donde el viento no tiene límite o peso. Allí que ella, los gemidos de la trompeta, la danza, el cafe y su perfume, yo y mi incertidumbre saltamos.
Pocos pueden verlo, pero el amor nunca se cumple. Pues en el salto, durante la caida, antes de decidir cambiar suelos por nubes, azules por cellos y suspiros por pianos, "¿Será?" se transforma... ...amor... cambia, avanza y termina para el amante, para la batería, para los pubis unidos, para la voz y la música.