Quedamos solos ella y yo
en luna florecida de amor,
muchas hojas marchitas se fueron,
renovando y quitando el blando temor.
Su belleza me confunde a la vista,
en costa de sus labios no perdidos,
navegar a su corazón, aunque no sobreviva,
quiero arriesgarme a llegar a sus sentidos
Brisa suave con aroma de su piel,
rodean los roces palpitantes de su ser,
la luna y las estrellas rinden tributo,
a la niña que robó el esplendor de anochecer.
Pintoresco fulgor de los soñados ojos
que al desviar, torna placentera su mirada
inocentes pasos a su pelo como fantasma,
de eco a eco hermosa condenada.
Surcar mi alma en su sonrisa,
para perderme en sus latidos,
que venden los cielos desde sus ojos,
y prometen recuerdos vividos.
Ella es la fuente de la felicidad,
donde estoy sediento de sus besos,
que me llevan al azulado cielo
me enamoró, solo con sus secretos.
Solo una mirada fué suficiente,
para encontar una inspiración,
clásico sentimiento que reta al destino,
que con el corazón, parece conspiración.
(Mayo 2011)