se la pasaron de parranda en parranda, fiesta que iban, orgía que organizaban. Una vejación para los pobladores contestatarios, que asistían a las fiestas para beber un poco y bailar.
Un mal día. Luego de una fiesta inmensa que organizó el leñador del pueblillo para celebrar que una de sus hijas cumplía 15 años. Blanca Nieves y los enanitos traviesos asistieron como de costumbre. Pese a la resaca repitieron el ritual malsano de fornicación.
Atormentaron la fiesta de la jovencita entre la borrachera y la explosión de líquidos de amor enano que llenaron el lugar y embarraron a los invitados. El frenesí sexual hundido en los gritos de la blanca ninfómana aturdía a los invitados y los hacía estremecer.
El leñador que, buscaba un poco de materia prima para iluminar la fiesta, se dió cuenta de la irrupción de los enfermos. Y decidió matarlos a hachazos. El festín de sangre y bilis, carne trozada y atmósfera alcoholizada denostó la sangría orgásmica más cataclismática. Los enanos gemían de placer por cada trozo de cuerpo cercenado. Su existencia se nubló entre los hachazos sangrientos que emitía el leñador con saña. Produciendo su muerte y el mayor placer a esos enanos y su musa adicta al sexo.
FIN
08/07/13 05:07