Me tumbo, de espaldas,
sobre sábanas negras,
con el cuerpo yerto
y el corazón anudado.
Separo las piernas,
empujando mi alma,
suplicándole
que vuele muy lejos.
Y me entrego
al coloso sin latido,
que desgarra mis entrañas
con su sexo empalmado.
En mis ojos; el abismo,
la alianza en el dedo.
Milana!: NO sábanas negras...!quémalas!
busca solo color!... lo que eres tu!
con todo el cariño!