Y aprovechando que hemos recalado en París, ¿ por qué no descubrimos los alrededores de la capital? Por ejemplo Versailles... Los dorados, los espejos y el lujo se dan cita en este precioso lugar. Visitando sus estancias nos podremos imaginar las damas enfundadas en vestidos vistosos de telas nobles, pelucas trabajadas, maquillajes copiosos y vida ociosa. A los aristócratas, vivi
endo y creciendo entre esas paredes repletas de obras de arte, asistidos por más de diez mil criados (sí, has leído bien). Nosotros podemos andar por los mismos pasillos que anduvieron siglos atrás, mirar por las mismas ventanas, visitar sus jardines...
