En la cama cálida
enredados entre sábanas,
a través de la ventana
un rayo de Sol rompe las sombras
que cubren el miedo,
tú aún durmiendo,
los sentidos a un lado
y el mar no cesa.
Sal, agua y arena se coló en la habitación,
sentimientos de un niño que no sabe crecer,
recelos y caprichos que un poeta encontró.
No sé qué quieres, sé que quiero querer,
ayúdame a creer.
No más lágrimas por favor,
no más promesas,
no más dolor,
ni esperanzas vanas.
El cielo no calló,
ahora nos toca pagar,
tengo que ser yo
y el mar no cesará.
Una copa, una y otra
nos dieron el momento
entre luces de velas,
y ahora duermes,
profundos sueños
de un ayer y un mañana
que nos pasan por la mente
y el mar no cesa.
Sal, agua y arena que tienes en el pelo,
sentimientos de un ayer que eterniza,
melodías que de un laúd maldito salieron,
cada nota una aguja y cuantas quieras pidas,
no hay mentiras.
No más lágrimas por favor,
no más promesas,
no más dolor,
ni esperanzas vanas.
El cielo no calló,
ahora nos toca pagar,
tengo que ser yo
y el mar no cesará.
Como no cesa el mar, espero poder seguir disfrutando de poemas tan bellos como este. Bien constru?do, bien expresado y desarrollado. Y todo ello con una armon?a muy bella. Un abrazo, Montecristo