Persigo el sueño atrapado entre sábanas inhóspitas y heladas,
Convertido en una isla por ti sepultada en el océano.
Etéreo, transparente, sin cuerpo,
solo una sucesión de suspiros
que no son sino intentos de borrarte de mis entrañas.
Mi piel solo son rescoldos
cenicientos sin el crepitar de tus dedos.
No me tengo,
no me recuerdo,
Soy un sendero enredado en la maleza,
olvidado en todos los mapas.