Hoy, descubrí, que existe el rencor, resentimiento, odio, envidia, desparpajo de atropello hacia los demás, hoy descubrí que hay gente, como tú, como yo, que vemos la vida de una manera sencilla, pero hay otros que, no dejan ser, molestando con sus miserias íntimas tratando de derrotar lo que los demás tienen y, que ellos no son capaces de conseguir, doloroso descubrimiento que atropella mi razón, dejando mi corazón herido de asombro, un asombro inexplicable pero, feo...se siente feo...
Una envidia evidente que aflora al raz de sus pieles, creo que ni ellos se dan cuenta, están en ese rollo y giran y giran con sus desparpajos engañandose a sí mismos;
hoy descubrí el otro lado de la solidaridad, de la amistad...el lado oscuro de la desasón de seres inconclusos, que no encontraron sus razones de estar vivos, esos, que siempre se fijan en las apariencias de los demás, en lo que hacen y como viven, sin darse cuenta que sus vidas pasan muy rápido, como las de todos, y pronto se hallarán en ese lugar oscuro, con una tapa firme sobre sus rostros sin poder ya, remediar lo malo, y allí notarán que la vida que tenían oportunidad de vivir era solo una vez...y lo hicieron mal...y ya no hay vuelta atrás...todos, absolutamente todos, iremos al mismo lugar, ricos, pobres, lindos, feos, sanos, enfermos, altos, bajos, buenos, malos...lo importante es saber que llegaremos a ese lugar eterno con la sabiduría de haber vivido una vida sin odios y envidias...sanos en espíritu...