Son los días de marzo. Las iniciales tardes melancólicas y frías.
Los crepúsculos de hojas inocentes en la tierra y el cauteloso viaje de los pájaros...aún no puedo entender su mágica existencia.
Yo las describo para mis sonrisas, para mis ojos, para el asombro diario de verme despertar...
Habrá muchos otoños y trinos despidiendose. Ráfagas asesinas de pétalos y árboles desnudos bajo el muérdago.
Pero estos días no. Serán los únicos, los elegidos para que la vida perdure cuando solo nos quede la memoria.
Frescas tardes de otoño Brandsense...
Cuando el aire puro de Marzo afila los límpidos sonidos, sube del campo un alborozo idílico de balidos, de rebuznos, de risas de niños al salir de la escuela, y de miradas al pasado a travez del cristal de las ventanas, de las abuelas que, mateando, esperan a sus nietos para contarles una nueva anécdota de su pueblo entusiasta y esperanzado, un pueblo que en la lucha por afirmar la nueva y gloriosa ciudad, demostrara la decidida fé con que eligió la paz...
Me gust?, Movisi. Es una escena llena de movimiento. Has dado una vida profunda al corto relato. y me ha gustado seguir la trayectoria del texto. Muy bueno.
