Aunque en más de una ocasión aquella joven se sintió sola, nunca lo estuvo, porque estaba acompañada de millones de amigos que seguían sus pasos, pero ella no era consiente que toda esa gente se interesaba por ella.
La joven, tan solo tenía ojos para ver la soledad en la que ella sola, se había envuelto, hasta que un día, no pudo mas y en un ataque de histeria lujuria y desesperanza, volvió a coger lo que hacia ya tanto tiempo dejó en el olvido, su pluma, y empezó a escribir letras, palabras, frases, párrafos
Una vez hubo acabado de escribir todo lo que en su vida había pasado, prendió una cerilla y quemó hoja por hoja todo lo escrito.
Al acabar con sofocante trabajo, vio a su alrededor, a todas esas personas que la habían acompañado durante todos esos años de incertidumbre, soledad y tristeza que había vivido, y fue entonces cuando la joven, pudo volver a sonreír.
Esta joven, aprendió una gran lección de la vida, y es que nunca nos tenemos que encerrar a nosotros mismos, siempre hay que tener, aunque sea, una pequeña ventana abierta para que la gente de nuestro alrededor, pueda entrar y echarnos una mano en el peor momento de nuestras vidas, pero lo que mas grabado le quedó a aquella joven, es que hay que cuidarse uno mismo/a, porque si no lo haces tu, nadie lo hará por ti, y si lo hacen, hay que enseñarle como hacerlo de la manera mas apropiada para que no te haga daño ni te deteriores.
Muy cierto, si nos encerramos en nosotros mismos solo lograremos llegar a un final... la locura, pero si estamos demasiado "acompa?ados" jamas tendremos momentos de reflexion, y la vida se no ira de un momento a otro. Todo tiene un doble filo, un lado bueno y otro malos, como el ser humano mismo.
Excelente reflexion.