Que Nos Queda Ya
La gente ya no tiene alma. Cansados están de andar descalzos. Dañándose los pies y el corazón que derrama lágrimas sin cesar. ¿Con quien debemos confiar? Yo grito desde dentro, pudriéndome de rabia e impotencia. A pesar de que mi voz es desconfiada, suave, proclama esa libertad que tanto esperamos. Esa esperanza cuyos suspiros no son más que irrevocables corazones sangrientos que nos han desnudado por completo. Y ahora nos podemos ver de tú a tú. ¿Pero que será de este mundo? Que estamos juzgados por nuestro dinero, el poder que nos inculcaron que sin ello, vacíos estábamos. Cuando en realidad vacíos estaban sus cabezas. Que todo se nos va, resbalamos a contracorriente con fuerza. Que como un barco se parte y nos dejamos entrever ante aquellos hipócritas que hicieron de nuestras esperanzas un calvario. Una lucha. Un sin sentido. Un sin vivir.
Que ha hecho que la humanidad entre ella se repugne, que se odie, que se mortifique culpándose a si mismo. Existe una revolución en cada uno contra el mundo. Lo ves. Lo percibes en sus mirares. En sus andares estrechamente vinculados a esas malditas calles que te amenazan en ser destruido. Observar este mundo nos debilita ya que trajo este odio, esta rabia, esa impotencia, esa clarividencia de la lucha por la vida. Siento retroceder en el tiempo. Es el momento ¡Adelante!
