Lo peor que puede pasar
es hablar con la mente sin ruidos,
sentir incómodos los silencios,
parecer sordos sin serlo.
Lo peor que puede pasar
es sentir que el tiempo se ha perdido,
que el llanto sea de dolor fingido
y olvidarse de todo lo vivido.
Lo peor que puede pasar
es mandar ser ciegos a los ojos,
callar las verdades a la boca
y matar el sentimiento compartido.
Lo peor que puede pasar
es quedarse sin historias.
Querida Namari, me alegro de verte por estos lares, un lugar que tú y yo no visitamos tan a menudo como antes, pero al que siempre volvemos. Espero que sigas escribiendo historias, pues en ellas pones el corazón.
Un gran abrazo
Estoy entusiasmado porqué estoy volviendo a leer a viejos compañeros de singladura que siempre me aportaron su excelencia, tú eres uno de esos autores, me gustaría que siguieras emocionando con tu buen sabe hacer, es una alegría inmensa para mi volver a leer y sentir historias que me son comunes.