Eliges de nuevo,
vuelves a ella...
la que te lleva a la
amargura,
la que te aleja de tu cordura,
la que te engaña,
la que te pierde,
la que prefieres para abstraerte.
Yo no lo entiendo...
¿tanto te da?
No ves que te quita tu libertad.
¡¡Maldita bebida!!
¡¡¡Maldito inventor!!
Maldigo ese trago cautivador...