Lo conocí hace unos tres años. Se llamaba Emilio pero todo el mundo lo conocía por “Milio”. Venía todas las tardes por el bar del pueblo vecino en el que yo entonces trabajaba a tomar su vaso de tinto y a discutir con el primero que le diera un poco de coba. Era un hombre ya mayor , octogenario, pequeño, enjuto,siempre vestido con sus ropas marrones gastadas y su eterna boina negra. A pesar de su apariencia era un hombre muy enérgico, defendía sus opiniones con pasión y grandes aspavientos. Contaba muchas historias de la guerra y también de lo dura que fue la vida después.

Hoy me lo volví a encontrar. Al hojear el periódico me llamó la atención una foto suya. Milio había fallecido. La verdad, me sorprendió, pero me sorprendió más que le dedicaran un artículo así que, intrigada ,me puse a leerlo. Resulta que era un ayalgeiro, un buscador de tesoros(ayalgas),de los que ya quedan pocos. Dedicó gran parte de su vida ,en compañía de su mujer ,a buscar entre la tierra antiguos objetos, a poder ser de oro, descritos en leyendas populares de la región. En estos relatos se cuenta que los musulmanes ,antes de retirarse rápidamente al inicio de la Reconquista,escondieron sus inmensas riquezas en cuevas y antiguas construcciones, como castros y castillos. En otras de estas historias eran las mismas gentes de antes de la guerra las que ocultaron sus pertenencias para recuperarlas cuando esta terminase y nunca volvieron por ellas.

El hombre al que yo creía conocer resulto ser un completo desconocido para mi. En la foto aparecía sentado a la mesa de la cocina sobre la que se veía un cuaderno donde apuntaba sus investigaciones escritas con antigua letra redondilla, y una pipa en forma de barco,uno de sus hallazgos más preciados. Lamenté inmediatamente no haber entablado con él más que unas pocas conversaciones intrascendentes.

Me quedé pensando en ello un buen rato, ¿conocemos realmente a las personas que se cruzan con nosotros en el camino de la vida, incluso a aquellas que nos han de acompañar un buen trecho?

Soy de las personas que no creen en casualidades, ni en accidentes. Todo pasa por alguna razón, aunque en ese preciso momento se nos escape. Para empezar no leo el periódico a diario,si acaso los domingos. Creo que si hoy me encontré con ese artículo fue para que Emilio me diese una última lección.


Y vosotros ,amigos, ¿también habéis emprendido vuestra búsqueda?¿Cual es vuestro tesoro?

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3 Comentarios

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  Diesel

  Amiga Naptera. Todos emprendemos de alguna manera nuestras b?squedas... y por eso me ha cautivado tu relato y ese magn?fico persoanje que has detallado en forma psicol?gicamente verdaderametne magistral. Es digno de estar entre mis favoritos y as? lo hago. En las b?isquedas est?n siempre los hallazgos.

  17/04/09 02:04

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  Taber

  Tienes mucha raz?n, a veces hacemos una radiograf?a r?pida de la gente por su aspecto o por comentarios superficiales que no nos dejan ver m?s alla. Yo tampoco creo en las casualidades, asi que Milio de alguna manera buscaba sorprenderte y al final lo consigui?.
  
  Un saludo.

  17/04/09 07:04

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  Naptera

  Gracias amigos por pasaros por aqui. Siempre es un gusto saber de vosotros.
  
  Yo tambien comparto contigo, diesel, el pensamiento de que todos vivimos en continua busqueda,solo que quiza por eso nos centramos en la nuestra sin darnos cuenta de cual es la de los demas.Me alegra que te lleves mi texto contigo.Un saludo.
  
  Querida Taber,adoro los gatos,lindisima tu nueva imagen. Yo tambien creo que buscaba sorprenderme y sobre todo que no me olvidase de el.Este texto es un peque?o homenaje. saludos?

  18/04/09 05:04