Cuando escucho a los que dicen Vive cada día, como si fuera el último ocupo mucho de mi tiempo haciendo suposiciones al respecto. ¿Cómo vivirá yo mi último día?
Probablemente entre lágrimas, por el terror a morir y enfrentarme a lo desconocido. Por la idea de que ya nunca más podre compartir un segundo de mi tiempo con la gente que es importante para mi
Y quizás con las lágrimas vendría el arrepentimiento, por las grandes cagadas, por los desplantes, por los insultos, por los TE ODIO
Y el arrepentimiento a su vez, traería consigo lo que yo denomino una Diarrea Verbal, pues de repente sería prioritario decirle a cada quien la gratitud e inmenso cariño que mi corazón le guarda.
¿Es así como quiero vivir cada día? Definitivamente no, pero también soy consiente de que cada día que conseguimos despertar y empezar de nuevo es una enorme bendición
Como podemos despertar, bien podemos no hacerlo. ¿Entonces por qué esperar hasta ultimo momento para decir Te quiero, Te necesito, Te extraño o perdón?
Se bien como soy: Ingenua, disparatada, melosa, a veces infantil, con poco sentido común t muchas veces caprichosa y poco estúpida. Pero, se que también soy cariñosa, comprensible e incondicional. Aunque tenga memoria selectiva, nunca olvido a quienes estuvieron conmigo allí cuando la tristeza se tragaba mi mundo.
Y a razón de eso, concluí que afirmar Vive cada día como si fuera el ultimo en realidad no nos obliga a hacer todo eso que tenemos pendiente, en mi caso particular, solo desata un monumental estado de pánico que empeora las cosas. ¿Estaría mal entonces transmutar la frase a conveniencia? Como dijo J.R Ward en su libro Amante Consagrado
La vida es Corta, no importa cuantos días tengamos garantizados.
Amar si hay oportunidad, perdonar si es posible
Vivir solo pensando, que si hoy vivimos mañana esta podría no ser la misma situación. Y aceptar que no hacen falta unas 24 ultimas horas, solo para expresar lo que sentimos.
