Ella y yo, amigas, Compañeras. Yo le hablo y ella escucha. Tan atenta me mira, que a veces siento estar sola. Sola, como la luna del amanecer. Sola como una estrella en la mañana, sola. Ella me acompaña, me mira y no dice nada. Callada y en silencio de la oscura mañana, escucha mis palabras mudas, susurradas y ahogadas. Ella me quiere y no me abandona. Me es fiel y me adora. Me ha prometido que siempre estará conmigo. En las mañanas grises y las noches solas. Hoy me ha mirado a los ojos y con una suave voz callada, me ha prometido que amigas eternas seríamos en un mañana. Feliz yo, la miré y le pregunté "¿como te llamas?". Una leve sonrisa se maquilló en su cara, mientras una voz muy dulce contestaba: "Soy el suspiro de la noche, el silencio de tu llamada. Unos me llaman amiga, otros simplemente, Soledad".