Se cierra la mañana sin cánticos, en la pausa
de un abrazo total, impulso del corazón amante.
Es vivir, infinitivo profundo y denso, arte
de saberse unido en la distancia.
Tus ojos perfilan la mirada frágil de una rosa.
Son los testigos presentes de una mirada,
tu mirada, en ella habita la caricia posada
como un cuerpo desnudo sobre sábanas de hilo.
Nubes, de los espacios convertidos
en lluvia fina o dorados besos
dibujarás la densa sinfonía, el movimiento
de una tarde fría o el palpitar de un ritmo,
sentimiento de ti, acallado aliento, púrpura
en la piel tocada, amada, amante.
Instante de inquietud, un solo instante
y el ciclo virtual de un ser te quiero.
El verso se acelera, en el requiebro
de un ayer silencio y un hoy voz.
Nada es sino tu luz. Nada.
Alborada o despertar y tú presente.
Es, precioso Neo de una belleza exquisita besos